Un Estadio Nacional otra vez repleto recibió anoche a los míticos Guns N' Roses, con los históricos Axl Rose, Slash y Duff McKagan. Un show de tres horas con los éxitos que hicieron leyenda a la banda californiana y que, a pesar del paso de los años, sigue generando devoción en el público chileno.
Ante un público compuesto por una mixtura de juventud, madurez e incluso niños, los Guns N’ Roses se presentaron la noche del miércoles en el Estadio Nacional.
El coliseo deportivo volvió a llenarse de rock tras los conciertos de Daddy Yankee, los que estuvieron marcados por los problemas de seguridad. Fue por eso que ayer volvió a disponerse un anillo de seguridad conformado por Carabineros para facilitar el acceso de los asistentes.
El devoto público, muchos de ellos con poleras y polerones de la banda, entró en calma en un ambiente bastante más tranquilo, donde había parejas de un amplio rango de edades, grupos de amigos, adultos jóvenes e incluso padres que asistieron con sus pequeños hijos, herederos del fanatismo de sus progenitores.
El retorno de los “Guns” era esperado desde 2020, cuando iban a participar de Lollapalooza, pero la pandemia de la covid-19 obligó a cancelar el evento. Por ello, no fue extraño que los tickets para el concierto de anoche -parte de la gira We’re F’N Back– se agotaran rápidamente en medio de la oleada de presentaciones en vivo que vive Chile.
Guns N’ Roses y el comienzo del concierto
El show comenzó puntual, algo impensado hace años cuando los espectáculos de la banda solían comenzar con extensos retrasos. Hasta el escenario subieron Axl Rose, Slash y Duff McKagan, los históricos integrantes; más el guitarrista Richard Fortus, el baterista Frank Ferrer, el pianista Dizzy Reed y la tecladista y sintetizadora Melissa Reese.
Lo primero que sonó fue It’s So Easy, canción que sirvió para tasar cómo está hoy la voz del icónico vocalista de la banda californiana. Conocidos son los fantasmas que rondan sobre su rendimiento vocal, pero anoche se le escuchó mejor que en otras ocasiones.
Por algunos momentos cantó varias canciones por debajo de los tonos a los que acostumbró en su mejor momento, mientras que en otros intentó llegar al registro que lo hizo conocido. Aunque en la raya para la suma, para un fanático solo importa vivir in situ los hits de su banda favorita.
El concierto tuvo sus éxitos más renombrados, con la presencia de algunas canciones menos conocidas de la banda que fueron recibidas con tibieza. Pero cuando un clásico sonaba, el público respondía con gritos y aplausos.
Es el caso de Welcome to the Jungle y Live and Let Die, cover de Wings donde Rose si bien tuvo dificultades con los tonos altos, mostró los famosos pasos que popularizó en el momento peak del grupo.